martedì, gennaio 24, 2006

El increíble atraco al Banco Río

La entidad bancaria argentina, del grupo SCH, fue saqueada por cuatro atracadores que se evaporaron con su botín
Los atracadores negociaban con la policía mientras desvalijaban 145 cajas de seguridad

ALFRED REXACH - 20/01/2006
BUENOS AIRES.
CORRESPONSAL
Cuando los agentes del grupo Halcón entraron por la puerta principal del Banco Río de Acassuso (San Isidro, Buenos Aires), los atracadores se habían evaporado con un valioso botín.
La policía y los investigadores judiciales todavía les buscan, pero ya se ha comentado que los ladrones "llevan tres meses de ventaja" (...)
(...) No abrieron un boquete para llegar a la bóveda blindada del banco, sino todo lo contrario. El butrón fue practicado desde el interior, para acceder a un olvidado túnel de obras, abierto años atrás, que desembocaba en el cercano Río de la Plata.
En el interior de la vía de escape habían dispuesto una lancha neumática, en la que cargaron el botín y huyeron. De momento, lo único que se ha recuperado es la lancha, así como algunas herramientas. (...)
(...) A cambio de pizzas y refrescos no tardaron en liberar a cuatro de sus rehenes, entre ellos dos vigilantes de seguridad, a quienes previamente habían pedido sus armas con exquisita educación, no exenta, por cierto, de amenazante firmeza. (...)
(...) Tampoco hubo demasiadas dificultades para que los retenidos pudieran llamar por teléfono a sus familiares, que, obviamente, se apresuraron a acercarse al lugar. Con tantos testigos en el exterior, el trabajo policial quedaba seriamente limitado.
Con los negociadores policiales esperanzados ante la posibilidad de hallarse frente a un grupo de razonables asaltantes de bancos, deseosos sólo de poder huir del embrollo en que se habían metido, la tarde avanzaba lentamente, hasta que las comunicaciones con el interior se interrumpieron.
Los agentes del grupo Halcón - equivalente al GEO en España- aún tardaron un tiempo prudencial hasta irrumpir en el interior del banco. Allí estaban los angustiados rehenes,
pero ni rastro de los ladrones. La rápida investigación sobre el terreno permitió descubrir la magnitud de la tragedia. Las cajas de seguridad habían sido reventadas y vaciadas. Un pesado armario metálico cubría un boquete, en cuyo interior se hallaron tres bombas trampa, que los artificieros tardaron dos horas en desactivar. Esto alimenta la sospecha de que los asaltantes no eran vulgares chorros.

Los ladrones de baja estofa no acostumbran a exhibir un dominio tan sofisticado de una operación montada y ejecutada con profesional magisterio.


Una semana después del rififí ni siquiera se conoce con exactitud el valor de las 145 cajas de seguridad privadas, que fueron metódicamente desvalijadas durante las casi siete horas que duró el robo. Ahora, el banco se propone resarcir a cada uno de los clientes damnificados con una cantidad máxima de 50.000 dólares. Esto daría un monto total máximo de 7.250.000 dólares (5,99 millones de euros), pero los abogados de los perjudicados ya se han apresurado a esgrimir sentencias precedentes que no admiten límites a las reclamaciones si éstas se argumentan, al menos, con pruebas indiciarias. Todo ello permite suponer que la pesadilla para los dirigentes del Banco Río no ha hecho más que comenzar. Lo cual, por cierto, no parece preocupar excesivamente a los bonaerenses, la mayoría de los cuales, con la memoria viva del corralito, sigue odiando a la banca tanto como la necesita.

La vanguardia

"tan sofisticado " sin palabras...